La vida cuestiona nuestros esquemas mentales para que nos abramos, para que no nos quedemos encerrados en nuestra forma de ver, en nuestro enfoque particular y nos aventuremos a ver las cosas de diferente manera, lo que nos permitirá vivirlas de otro modo y probablemente nos invitará a entrar en otras dimensiones hasta ahora desconocidas. Es decir, nos hará crecer.
Hay una parte de nosotros que puede actuar sin ajustarse a la lógica de la mente. El caso es que cuando aceptas desde ese lugar, ya no necesitas comprender.
En realidad, comprendes de otra manera. O mejor dicho desde ese otro lugar. Es nuestro ser interior, profundo, esencial, que funciona desde el amor puro, más allá de la razón. Blaise Pascal dijo que el corazón tiene razones que la razón no entiende. No sé exactamente a qué se refería con corazón, pero yo me refiero algo más amplio: a nuestra esencia, a nuestro fondo más profundo. El corazón, entendido como sede de los afectos, puede tener heridas de infancia, cicatrices de todo tipo. YO me refiero a una parte nuestra que está a salvo de todo y que funciona desde el amor puro y la compasión y confía más allá de la razón. Para conectar con él necesito apartarme de la actividad, permanecer en silencio y acceder a mi ser profundo.
Si pudiese vivir toda mi existencia desde ese lugar en el que el yo se disuelve, sé que no tendría que entender para aceptar.
Pero solo lo visito de vez en cuando, y en cuanto salgo de ahí mi mente toma el mando.
cuando alguien no se siente aceptado, no se siente querido.
Y si nuestro ego nos exige entender para aceptar, estamos restringiendo mucho nuestra capacidad de amar.
Marita Osés
20 mayo 2025